La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito denominado toxoplasma gondii. La forma más frecuente de contagio de este parásito en los niños es por el manejo de las heces del gato ya que dicho parásito se desarrolla en el intestino del gato y sale en forma de huevos a través de las heces. La otra forma más común de contagio es a través de la arena que los niños meten a la boca.
Puede que los niños no manifiesten síntomas, si lo hacen lo hacen al cabo de dos o tres semanas después de contraer el parásito. Algunos de los síntomas que pueden presentar en niños sin ningún otro tipo de problema son la inflamación de ganglios linfáticos de la cabeza y cuello, dolor de cabeza, fiebre, dolor muscular y dolor de garganta.
La mayoría de las veces se diagnostica con una analítica de sangre, encontrando en la misma anticuerpos de toxoplasmosis.
Las personas asintomáticas non necesitan tratamiento. Para tratar las personas con esta infección que manifiestan síntomas se le receta antipalúdicos y antibióticos.
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