A continuación voy a hablar de los
celos infantiles. Cómo corregirlos y cómo evitar que causen futuros
problemas.
La situación de celos que vive un hijo
en una familia depende mucho de la actuación de los padres. Su
intervención es esencial para que los celos no representen un
sufrimiento para el niño mayor, evitando que la rivalidad de los
hijos sea duradera.
Los efectos de este conflicto mal
resuelto pueden cambiar el carácter del niño o aumentar algunos
defectos de su temperamento como el egoísmo, la envidia o la
codicia.
EN EL EMBARAZO
La llegada de un hermano es una noticia
inesperada para el niño. La recepción de la noticia depende
únicamente de sus padres, por este motivo deben ser los primeros en
dar la noticia al niño. Conviene hablarle con mucho cariño y tacto
para que sepa claramente que es lo que va a suceder. Si te
preocupa que se pueda sentir desplazado háblale del niño y explícale
que ahora él va a ser el hermano mayor, que debe cuidarlo.
DURANTE EL PARTO
La madre debe despedirse del niño
antes de acudir a maternidad. Conviene que al niño lo cuiden en
casa, se sentirá más seguro. Aunque estés en el hospital, llámale
por teléfono para preguntarle por sus actividades.
El padre, en estos momentos, debe ser
aún más visible. Y cuando sea posible, que acompañe al niño al
hospital para que vaya a visitar a su madre y a su hermanito.
REGRESO A CASA
El momento del regreso es el que exige
más tacto. Es recomendable mostrarle al niño la alegría que sientes al volver a verlo. Si es posible, escuchar todo aquello que el hijo
mayor cuente sobre los días de ausencia de su madre. El niño
necesita la seguridad y confianza de sus padres.
Si el niño empieza a sufrir celos, no
te sientas culpable, lo que debes hacer es darle cariño y avisar a
las visitas para que le presten atención a el también. Es
importante no variar la rutina del niño tras el nacimiento de su
hermano. Procura que el momento que tenias reservado para él no se
altere y hazle participe de los cuidados de su hermano pequeño.