miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tos ferina



La tos ferina, también conocida como tos convulsiva es una enfermedad infecciosa aguda altamente contagiosa de las vías respiratorias. Está causada por bacilos de la especie Bordetella pertussis, que se encuentra en la boca, nariz y garganta de la persona infectada.. Esta enfermedad ocasiona una tos violenta e incontrolable.
A pesar de que esta enfermedad puede desarrollarse a cualquier edad es más común en niños menores de 5 años, sobre todo durante la primavera y el verano.

Los síntomas de desarrollan entre 3 y 15 días después a la exposición e inicialmente su sintomatología es similar al resfriado común. Se presenta con estornudos, rinorrea, tos leve y fiebre baja. A continuación esta tos se vuelve más intensa y se caracteriza por muchos episodios de tos rápida seguidos de chillido agudo. Estos episodios pueden durante un par de meses, más frecuentemente durante la noche.

La tos ferina se transmite de persona a persona por contacto directo con secreciones nasales y de la garganta de las personas infectadas.
Su tratamiento puede bastar con antibióticos si se inicia lo suficientemente temprano (etapa catarral) por el contrario, y como es común la mayoría de los pacientes son diagnosticados en el curso avanzado de la enfermedad, cuando los antibióticos no son muy efectivos, pero pueden eliminar la presencia de bacterias presentes en las secreciones y reducir así la capacidad de los pacientes de diseminar la enfermedad a otros.
Se recomienda un tratamiento preventivo con antibióticos a aquellas personas con riesgo de tos ferina.
La vacuna preventiva de la tos ferina es una combinación entre la vacuna contra el tétanos y la difteria. Se recomienda que la vacuna se administre a los 2, 4 y 6 y entre los 15 y 18 meses de edad y entre los 4 y 6 años de edad.
Esta vacuna no debe ser administrada sola o en combinación con otra vacunas en pacientes con antecedentes de alergia a los componentes de la vacuna.

Los bebés menores de 18 meses requieren constante supervisión debido a que la respiración puede detenerse temporalmente  durante los ataques de tos.

A continuación os dejo un video donde se muestra como suena la tos ferina.



Terrores nocturnos infantiles

Hola a todos!
Hoy os voy a hablar sobre los terrores nocturnos.

Los terrores nocturnos son menos frecuentes que las pesadillas, aún así tienen una alta incidencia entre la población infantil. 
Normalmente se suelen asociar los terrores nocturnos a las pesadillas pero no son lo mismo.
En estos casos, es habitual que el niño se siente bruscamente en la cama y comience a gritar y llorar con una expresión facial de terror y signos de intensa ansiedad, aunque al despertar no recuerdan lo ocurrido
Los niños no suelen despertarse fácilmente pero en caso de hacerlo se muestra confuso y desorientado durante unos minutos y con sensación de temor.


Causas
  • Tensión emocional.
  • Fatiga.
  • Hechos traumáticos recientes (hospitalización, separación de la madre, muerte de un ser querido..).
  • Estrés.

Cómo controlar los terrores nocturnos:
Normalmente los terrores nocturnos desaparecen con el tiempo y no suelen precisar tratamiento farmacológico, salvo en casos en los que la frecuencia o intensidad suponga un problema para el niño.

1. En casos leves, los padres deben actuar con tranquilidad. Durante el proceso tienen que vigilar que el niño no se caiga de la cama o sufra cualquier daño físico derivado de su incorporación de la cama.

  • NUNCA se debe hablar ni despertar al niño.
  • Hay que esperar a que el episodio siga su curso natural bajo vigilancia.

2. En casos con mayor incidencia de episodios, puede ser necesaria la aplicación de técnicas que enseñen al niño a afrontar los sueños que le provocan la ansiedad.
Otra técnica efectiva es despertar al niño antes de la hora en la que habitualmente tiene lugar el episodio.



Os dejo este vídeo donde se explica la diferencia entre miedos, pesadillas y terrores nocturnos. No dejéis de verlo..







 HASTA PRONTO..

Salida de los dientes en el bebé

No a todos los bebés le salen con el mismo tiempo los dientes. El mayor o menor adelanto en la salida de los dientes es una característica individual, que varía de un niño a otro. Normalmente salen entre los 4 y los 6 mese de edad. El retraso de la aparición de los dientes no se debe a una carencia del calcio, ya que el niño obtiene la cantidad necesaria de este mineral en la dieta de los primeros años de vida. Algunos bebés tienen que esperar hasta los 12 meses, mientras que otros pueden nacer con alguno. Es lo que se conoce como "dientes congénitos", caso poco frecuente que no supone ningún riesgo para la salud. El proceso culmina alrededor de los dos años y medio, aunque se considera normal que unos lo consigan antes y que otros tengan que esperar un poco más.

La salida de los dientes normalmente viene acompañada de ligeros problemas para el niño como fiebre y resfriado y, a veces, incluso, de diarrea. Es normal que el niño esté irritable, que se lleve los dedos y los puños de las manos a la boca con mucha frecuencia, que su babeo sea más abundante de lo habitual y que tenga problemas para dormirse.


El orden de aparición de los dientes es distinto de unos niños a otros y, en el tiempo de la aparición juega un papel muy importante la genética. Si la primera dentición de los padres fue temprana, lo habitual es que a sus hijos les ocurra lo mismo. Los dientes que salen más tarde están mejor formados y su dentina es más resistente a la formación de caries. 
Lo habitual es que primero salgan los incisivos centrales inferiores, luego los superiores, después los dientes laterales inferiores y superiores, posteriormente los primeros molares, luego los caninos y por último los segundos molares inferiores y superiores.




Control de esfínteres

La mayoría de los niños logran el control diurno de esfínteres a los 2, 3 años y el control nocturno a los 5 años. Pero es importante que si llegados a esta edad no tienen el control de esfínteres no debe presionar a los niños ya que, cualquiera situación de tensión o ansiedad dificulta el aprendizaje del control de esfínteres. Además, no hay un consenso que nos diga la edad exacta para esto, cada niño es diferente, hay que esperar porque ellos mismos nos darán avisos. 

Es muy importante establecer momentos fijos para llevarlo al baño y debemos sentarlo (las veces que se lleva al baño se calculan según el tiempo que el niño se hace pipí). Al principio es aconsejable un orinal para que el llegue con los pies al suelo y pueda sentirse más cómodo (también se recomienda que se entrene al niño previamente de como bajar y subir la ropa para que se acostumbre a ir al baño sólo)

Una vez que controlan el esfínter de día el control de noche llega al cabo de un tiempo por sí sólo, por la maduración del propio esfínter. 

A continuación dejo un vídeo con una canción "para dejar el pañal", se llama "pipípopó" y el niño con ella puede sentirse más seguro a la hora de ir al baño y le ayudará a comprender que es algo normal.