domingo, 25 de noviembre de 2012

Sarampión en niños y bebés


El sarampión es una enfermedad infecto-contagiosa producida por un virus, llamado Morbillivirus. Generalmente, se contrae durante la infancia, entre los 12 meses y los 4 años. Se contagia a través del contacto de forma directa con una persona infectada, o bien por el aire. Cuando una persona “pasa” un ataque del sarampión queda inmunizada para toda la vida, sin embargo, es importante prevenir esta infección puesto que pude tener secuelas graves.


SÍNTOMAS
Los primeros síntomas son fiebre, catarro, conjuntivitis, tos seca, falta de apetito y malestar general. Pasadas las primeras 24 horas, comienzan a aparecer pequeñas manchas de color blanco en el interior de la mejilla. Estas manchas son el síntoma más característico del sarampión, son las llamadas manchas de Koplik, o también enantemas. En el tercer o cuarto día brota una erupción de manchas rojas, planas y redondas en la cara, por detrás de las orejas y en el cuello. Posteriormente se extienden a todo en cuerpo. Durante esta fase el niño se sentirá mal. Es probable que se produzca  fiebre alta y en algunos casos, síntomas gastrointestinales como diarreas, vómitos, o dolor abdominal. En general, estas manchas no pican y suelen desaparecer entre 2 y 4 días, desde su aparición.

TRATAMIENTO
  • No se deben administrar antibióticos.Solo cuando hay complicaciones bacterianas y siempre que lo prescriba el pediatra del niño.
  • Guardar reposo.
  • Los antitérmicos para la fiebre y antitusígenos para el aparato respiratorio, pueden ayudar al bebé o al niño a aliviar los síntomas del sarampión.


Las complicaciones que puede presentar un niño son laringitis, otitis, bronquitis, neumonía, diarrea y encefalitis aguda.

El mejor tratamiento para el sarampión es la prevención y no hay nada más seguro que la vacunación del niño, a partir de los 12 meses de edad.

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