El sarampión es una enfermedad
infecto-contagiosa producida por un virus, llamado Morbillivirus. Generalmente, se contrae durante la
infancia, entre los 12 meses y los 4 años. Se contagia a través del
contacto de forma directa con una persona infectada, o bien por el
aire. Cuando una persona “pasa” un ataque del sarampión queda
inmunizada para toda la vida, sin embargo, es importante prevenir esta
infección puesto que pude tener secuelas graves.
SÍNTOMAS
Los primeros síntomas son fiebre,
catarro, conjuntivitis, tos seca, falta de apetito y malestar
general. Pasadas las primeras 24 horas, comienzan a aparecer pequeñas
manchas de color blanco en el interior de la mejilla. Estas manchas
son el síntoma más característico del sarampión, son las llamadas
manchas de Koplik, o también enantemas. En el tercer o cuarto día
brota una erupción de manchas rojas, planas y redondas en la cara,
por detrás de las orejas y en el cuello. Posteriormente se extienden
a todo en cuerpo. Durante esta fase el niño se sentirá mal. Es
probable que se produzca fiebre alta y en algunos casos, síntomas
gastrointestinales como diarreas, vómitos, o dolor abdominal. En
general, estas manchas no pican y suelen desaparecer entre 2 y 4 días, desde su aparición.
TRATAMIENTO
- No se deben administrar antibióticos.Solo cuando hay complicaciones bacterianas y siempre que lo prescriba el pediatra del niño.
- Guardar reposo.
- Los antitérmicos para la fiebre y antitusígenos para el aparato respiratorio, pueden ayudar al bebé o al niño a aliviar los síntomas del sarampión.
Las complicaciones que puede presentar
un niño son laringitis, otitis, bronquitis, neumonía, diarrea y
encefalitis aguda.
El mejor tratamiento para el sarampión
es la prevención y no hay nada más seguro que la vacunación del
niño, a partir de los 12 meses de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario