La muerte es un tema triste, que nos
incomoda. Muchos de los padres no saben cómo contarles a sus hijos lo
que ha pasado. Normalmente procuramos evitar hablar de ella, pero hay
ocasiones en que es inevitable.
Antes de los 6 años los niños no se
angustian con el tema. Para ellos la muerte es como un juego, tienen
la idea de que se puede curar y que en algún momento puede volver. A
partir de los 6 años ya empiezan a ser más conscientes de que la
muerte es para siempre.
Se le debe comunicar al niño pequeño
la muerte, porque por muy dura que sea la verdad, la mentira hace
mucho más daño. Además necesita saberlo en el momento que sucede,
no 2 meses después.
No hay una forma única de
explicárselo. Cada cultura tiene sus ritos y una manera de afrontar
la situación. Lo que si hay que hacer es transmitir la idea de que
morir es para siempre. Se pueden utilizar frases como “ahora es una
estrella que brilla en el cielo”.
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