Algunos de los síntomas son:
- Dolor e hinchazón de manos y pies por la obstrucción de los capilares e incluso fiebre.
- Fatiga, palidez y dificultad respiratoria por la insuficiencia de glóbulos rojos.
- Dolor en cualquiera órgano o articulación del cuerpo.
- Piel y ojos amarillos.
- Crecimiento y pubertad tardíos.
- Fenómenos de trombosis.
- Distintos procesos infecciosos.
Es muy importante el diagnóstico temprano en los niños de esta enfermedad sanguínea. Hoy en día se realiza una prueba al recién nacido denominada electroforesis de la hemoglobina para saber si sufren dicho trastorno.
No existe cura conocida para la anemia de células falciformes más que el trasplante de médula ósea, aunque es un procedimiento muy delicado. A pesar de esto, aunque no se cure los niños pueden llevar una vida relativamente normal con diversos tratamientos. En la mayoría de los casos se aconseja medicación para los dolores y las infecciones, de hecho, hasta los 5 años se aconseja tratar al niño con penicilina. También se le da complejos vitamínicos y ácido fólico. En los niños con complicaciones agudas se puede realizar transfusiones sanguíneas.
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