La tartamudez es un problema de fluidez en el habla que comienza entre los 2 y 4 años y en algunos casos pueden desaparecer sin tratamiento, pero en otros casos pueden continuar hasta la edad adulta.
A continuación os dejo una serie de consejos o recomendaciones a tener en cuenta en aquellos casos en que los niños presentan este problema:
- Mantener el contacto ocular al hablar con el niño mostrando interés y haciéndole ver que lo ha entendido
- Dedicar todos los días tiempo para hablar con el niño en una situación agradable y demostrándole que disfruta hablando con él
- No mostrar preocupación a las faltas de fluidez, por el contrario sí prestar atención e interés por lo que dice
- Hablarle despacio para que pueda entender mejor lo que se le está diciendo y le resulte más sencillo elaborar la respuesta (una manera de hacerlos es alargando las sílabas)
- Darle tiempo para expresarse y lo que es muy importante es dejarle hablar y no terminarle las frases
- Hablarle con frases cortas y sencillas (aproximadamente del número de palabras que dice por frase)
- Al dirigirse a él se debe emplear un vocabulario adecuado a su edad
- Durante una conversación no es aconsejable hacerle demasiadas preguntas (en especial aquellas que requieran de respuestas largas)
- No presionarle a la hora de hablar con otros adultos que él no quiera ya que incrementaría su grado de nerviosismo y con ello dificultar más la fluidez
- No referirnos a él como "tartamudo"ya que podría afectar a su autoestima
- No darle consejos en el momento en que cometa errores tales como "respira", "habla despacio", "tranquilo"...
- No corregirle ni hacerle repetir lo que acaba de decir
- No hacer de la tartamudez un tema tabú
- Reforzar sus aspectos positivos y así proporcionarle mayor seguridad en sí mismo
Utilizando estos consejos será mucho más fácil para el niño afrontar su problema.
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